Pienso mucho es verdad.. A veces paso casi toda la
noche pensando, y en una que otra me nacen ideas a las que les encuentro pareja,
y a las que no, las abandono a su suerte como un mal padre hace con sus hijos, a
veces caigo en un sueño placido y dejo de pensar, pero otras veces, cuando no tengo tanta suerte, y el mundo suspira por ver a la noche desnuda de estrellas, me
llueven incógnitas que consternan los vacíos de la vida que intento construir, aunque
más que otra cosa, es la vida con la que me toca lidiar, que tropieza con el pensamiento
de que soy un precoz profesional de la desventura, un niño melómano que come
manzanas verdes con arequipe por la tarde, y que la mayoría de veces no sabe ni de lo que habla.. Y
es que como en aquella película que vi alguna vez, si alguien me preguntara por
el arte, yo podría hablarle sobre Miguel Ángel, obra y vida, reseñas de todos los
libros que he leído, pero no sabría describir el olor de la capilla sixtina,
nunca he estado hay, nunca he contemplado ese hermoso techo.. Si me preguntan por la ciencia, me explayaría por la materia y sus leyes, presumiría la carrera que estudie
no por gusto, sino por circunstancias, bailaría sin sentido al compás de
las cuerdas que reclaman crear el universo y atentaría contra el génesis de la
existencia bajo una razón inexorable, pero al igual que Benedetti, me desangraria en papel por
el hecho de no saber de qué está hecha el alma ¿será de sentimientos, de
ensueños, de esperanzas? Ni siquiera podría saber si es una inquilina del
corazón o viceversa.. Si me preguntan por las mujeres, podría hacer una lista
de mis favoritas, también he tenido sexo una, dos y tres veces, y con esto
no quiero ser indecoroso, solo quiero describir de la forma más real posible,
que no sé qué se siente despertarse junto a una mujer en la mañana, invadido de
felicidad.. Me podrían preguntar sobre la guerra, y yo citaría a shakespeare
“oh, estoy aquí otra vez en la brecha amigos míos” pero nunca he estado en una,
yo pague por mi licencia militar, y lo más cercano que tuve a un uniforme, fue
mi atuendo del colegio, el cual siempre me trajo problemas, ya que me reprendían
por querer usar la camisa desencajada.. Y si al final, si alguien más
en su estulticia que en valentía me preguntara por el amor, yo le podría
escribir un verso sin métrica, o una prosa que no rima, podría recitar un solemne soneto de Juan Olivas, tararear la melancolía de una canción de Daniela Tome, hablar del brillo en los ojos de Ángel Luz cuando le prapara la cena a su hijo, o
describir la pasión y la soledad que entrelaza con sus letras Freddy Berezejczuk, pero yo.. yo
nunca he mirado a una mujer y me he sentido vulnerable, nunca me he visto
reflejado en sus ojos, nunca he pensado que “dios” ha puesto un ángel para mí,
un ángel para que me rescate de los posos de la realidad..
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