martes, 28 de febrero de 2012

Ensueños de mi realidad

He me aquí delirando una vez más, resignado, instintivo y vacio, observando a un  suspiro bailar con la colilla de mi cigarrillo, en esta incomprensible y solitaria noche. Todas las luces están apagadas, y mi “alma” está ausente como siempre desde que tengo memoria. Tu recuerdo, palpitante, abrasador, ferozmente hambriento de mí, que no hace más que golpearme al pecho dulcemente, al compas del silencio que acaricia mis oídos con la melodía de tu ausencia, y que muere lentamente en mis labios, cuando en secreto pronuncio tu nombre. Así pasan mis días, como los colores de un arcoíris, lejanos, sublimes, espectrales, sin comienzo ni fin, pero siempre visibles tras una tormenta de ilusiones, y que desaparecen poco a poco bajo la implacable y asoleada luz de la realidad.