Un día como hoy, nacieron muchas sonrisas animadas en deseo, besos apasionados que rozaban el cielo, corazones de cristal perfumados de ilusión, tarjetas anónimas, pues eran de mi para ti y de ti para mí, y nosotros no necesitábamos nombres, velas que se apagaban con la esperanza de seguir en ese sueño fugaz, y versos de un poema que el sentimiento inspiro una vez más…
Hoy, solo existe cual deber obsceno y sin sentido, de no hallarnos, de no olernos, de no verme reflejado en tus ojos, de no cruzar nuestros caminos...
Hoy y solo hoy, cometería el error de encontrarte, acariciarte, inventarnos, fundirnos, reírme y perderme en ti, hasta que sientas como cada poro de tu cuerpo chilla por este acierto, hasta que entiendas como nuestras almas necesitan de este error…